25 mayo 2007

MI VIAJE A AUSTRALIA

Decidir tener un niño es como planificar un viaje a Australia. Has oído que es un lugar maravilloso, has leído muchas guías y te sientes preparado para ir. Todo el mundo que conoces ha viajado allí en avión y comenta que puede ser un vuelo turbulento con ocasionales aterrizajes forzosos, pero tú ¡sabes que vas a ser mimado en ese viaje! Por lo tanto vas al aeropuerto y pides en el mostrador un billete para Australia. Parece que no hay sitio para ti. Tendrás que esperar al siguiente vuelo, impaciente pero a sabiendas de que será un vuelo maravilloso. Tú esperas, esperas, esperas...
Continuamente llegan y salen aviones. La gente te dice cosas como "Relájate, te embarcarás pronto". O verás cómo otros que ya estaban embarcados deciden a última hora cancelar su vuelo, ante lo cual llorarás y gritarás: "No es justo!" Después de mucho tiempo de espera la agencia te dice:"Lo siento, pero nos va a ser imposible conseguirle un vuelo a Australia, quizá debiera pensar en ir en barco". ¡En barco! Te dices, pero ir así me llevará mucho tiempo y será muy caro y he puesto todo mi corazón en ir allí en avión. Triste te vas a casa y piensas que a lo mejor es una buena idea no hacer el viaje. Te preguntas si Australia va a ser tan bonita si vas allí en barco. Pero has soñado tanto con ese viaje que al final decides ir allí por mar. Es un viaje largo y difícil, y nadie te mima. Te llegas a preguntar si alguna vez llegarás a ver la costa y mientras tanto tus amigos han realizado allí varios vuelos hablando siempre maravillas del lugar. Entonces, un glorioso día, el barco atraca en Australia. Es más exquisita de lo que te habías imaginado y su belleza se magnifica después de un viaje tan largo. Has hecho buenos amigos en la travesía y te has encontrado a ti misma comparando tu historia con la de otros pasajeros.
La gente continuará volando a Australia tan a menudo como quiera, pero tú sólo podrás navegar hasta allí una vez, quizá dos y tendrás que seguir oyendo cosas como: "¡Qué afortunada, tú no tuviste que volar! ¡Mi vuelo fue horrible, mejor ir en barco!" mientras tú te preguntas cómo hubiera sido tu vuelo a Australia. Pero ahora ya sabes que has sido bendecida con una nueva visión del lugar y que la belleza de Australia no reside en el modo en el que vas hasta allí, sino en el lugar mismo.
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Ya estoy en casa después de mi intervención, con una trompa menos pero con esperanzas renovadas, espero poder contaros pronto mi viaje a Australia.
Besos!